La tecnología y el exceso de liquidez
Un estudio realizado por Datacredito Experian titulado “Indicadores de Crédito en Colombia” trae algunas informaciones que aportan elementos de juicio para entender la posible influencia de la tecnología en la formación de los excesos de liquidez que experimentaron algunas entidades cooperativas el año pasado.
Se destaca en primer lugar que en términos del número de operaciones el segmento líder fue el crédito de consumo, pues el 54% de las operaciones se concentró en esta modalidad, seguido por la cartera comercial que abarcó el 39% de las mismas y por el microcrédito que participó con el 7% del total.
El aspecto más interesante de la investigación es que por rango de edad encontró que el 50% de las operaciones se realizó con personas con edades entre 18 y 35 años, es decir, con centennials y millennials cuyo canal predilecto de transacción es un dispositivo digital.
Dado que la edad promedio de los asociados de la cooperativa típica se concentra en rangos superiores - donde el uso de los dispositivos digitales tiene menor penetración – parecería lógico inferir que el atraso tecnológico relativo respecto al sector financiero tradicional podría estar inhibiendo la capacidad de colocación de crédito de las cooperativas en estas poblaciones jóvenes. De hecho, al clasificar la concesión de créditos por el sector que los otorga, el estudio reveló que las cooperativas tuvieron una participación del 3% en el total de operaciones.
Estas cifras son elocuentes si además se tiene en cuenta el perfil de los solicitantes de crédito, pues éste no difiere significativamente del asociado promedio de una cooperativa: el 53% de las operaciones se concentró en créditos con montos inferiores a medio millón de pesos, el 70% de los créditos se concedió a solicitantes pertenecientes a los estratos 1, 2 y 3 y el 36% de los préstamos se canalizó hacia deudores con ingresos inferiores a $1.5 millones de pesos mensuales.
El estudio reveló con nitidez que en 2019 las cooperativas tuvieron una baja penetración crediticia relativa en segmentos poblacionales jóvenes típicamente tecnológicos dentro de un perfil socio-económico que no les es ajeno.