Foco en Calidad de Cartera y otras recomendaciones del Estudio de Supersolidaria sobre efecto Covid
La Superintendencia de Economía Solidaria acaba de publicar su estudio “Panorama Macroeconómico Mundial y Nacional” en el que aborda los posibles efectos, que la coyuntura actual, puede tener sobre el sector solidario, y en especial sobre las Cooperativas de Ahorro y Crédito. Ello, sin desestimar el efecto en otras organizaciones solidarias y fondos de empleados, que también sentirán los efectos de esta coyuntura.
Resalta el estudio, la importancia de acciones estratégicas inmediatas que prioricen la protección de la calidad de la cartera de créditos, como uno de los principales focos de actuación, destacando como altamente oportunas, las diferentes medidas tomadas hasta ahora, como las modificaciones a las condiciones pactadas para aliviar a los deudores, la adopción de periodos de gracias, el no reporte a centrales de riesgo, aumento de cupos, el uso de exceso de provisiones, así como la disminución en la constitución del deterioro al 0,5%.
A continuación resaltamos las observaciones más relevantes que hace del estudio sobre la cartera: “Sabiendo que la participación de la cartera de créditos es el mayor valor en el activo en de las cooperativas de ahorro y crédito, es importante mencionar como este sector debe tomar medidas de protección, ser consciente de los riesgos inherentes para ello. Si la cartera constituye más del 80% del activo, y el 76% corresponde a consumo, se convierte en una importante magnitud de concentración, y la vulnerabilidad para las entidades está latente en estos momentos coyunturales, especialmente ante la probabilidad de un incremento en el riesgo crediticio, a causa del posible impago o default por parte de sus asociados a causa de la parálisis de sus ingresos.
Concluye el estudio que el deterioro de la cartera de créditos, ante la situación parece ser inminente. “El aumento del indicador de la calidad de la cartera en los próximos se va dar, ante esta coyuntura de crisis sanitaria y sistémica. A su vez, la flexibilización en las provisiones debe ser limitada en el tiempo, ya que en periodos de crisis si se incrementa el deterioro, la provisión debería fortalecerse para generar mayores coberturas”.
Por lo anterior, una de las directrices que recomienda el estudio es la de “modificar a solicitud del deudor o por iniciativa de la organización solidaria que otorgó el crédito, previo acuerdo con el deudor, las condiciones inicialmente pactadas de los créditos, con el fin de permitirle la atención adecuada de su obligación ante el potencial o real deterioro de su capacidad de pago”.
El estudio es generado por el economista Aldo Castillo, especialista en Finanzas y quien se desempeña como Asesor de Estudios Económicos en la Delegatura Financiera de la Supersolidaria.
Aldo Castillo en su estudio comienza con un análisis de la coyuntura mundial y nacional en lo transcurrido en los tres primeros meses de 2020, profundizando sobre los acontecimientos más relevantes del trimestre, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit, la guerra y caída de los precios del petróleo, las disminuciones en las tasas de los bancos centrales, el aumento en las tasas de desempleo y perspectivas negativas de crecimiento en 2020 son analizadas con las cifras más actualizadas de las principales variables y su afectación frente al desarrollo del COVID-19, y sus efectos en los mercados financieros, el petróleo, tasas de interés, tasas de desempleo, tasas de inflación, pronósticos de crecimiento, y el índice de confianza del consumidor, y el consumo de los hogares.
Hacemos aquí un recuento de otras importantes variables que resalta el estudio, que podrían verse afectada por esta situación del COVID-19 de emergencia sanitaria:
Operaciones digitales: es importante que el sector tenga lineamientos para agilizar los créditos, especialmente en esta cuarentena, aislamiento y posible prolongación. La
tramitomanía, uso de papel y tiempos largos, requieren ir pensando en avanzar en estos procesos para agilizar la otorgación y desembolso de créditos.
Los planes de contingencia: la situación de hoy es extrema y tiene sus lecciones. Deben ser más diseñados planes para situaciones de crisis con lineamientos claros. Acompañado con un plan de comunicación entre la administración y sus asociados. Es decir, una comunicación eficaz, sin señalar culpables, transparente, fiable, diáfana.
Apoyos y ayudas gubernamentales: en esta etapa de crisis es necesario gestionar el apoyo para la recepción de alivios monetarios, impositivos, etc. Parece ser que en el sector solidario no ocurre lo que ocurre por ejemplo en el sector financiero, con respecto a medidas necesarias para paliar la situación y mantener de forma contundente la confianza en las organizaciones, en el sector cooperativo, y en especial en los asociados. Así mismo, se hace necesario continuar con el análisis de tipo sectorial (en qué sector económico desarrollan las organizaciones solidarias su objeto social), conocer la ubicación territorial (georreferenciación) y así poder detectar las regiones que van a ser más afectadas, pues como se ha expresado en análisis anteriores, se necesita la información básica para hacer prospectiva, y de este modo ver los efectos ante choques por eventos coyunturales o estructurales tales como los que están sucediendo hoy.
Finalmente el estudio hace un llamado a reflexionar sobre el hecho que serán tiempos complejos, difíciles, de mucha prudencia: “Se requiere un juicioso control de riesgos por parte de todos los actores, ya que se debe sobre todo trabajar en la sostenibilidad de las organizaciones, la protección de los derechos de los asociados y de la comunidad en general”.